Este texto no estaba escrito
para selecciónARTE, al menos no tan largo como lo publico ahora, pero
como tuvo poca fortuna en otros foros –demasiada extensión, parece- dejo
aquí constancia de lo escrito sobre una novela que vale la pena leer
...
Martín tiene 14 ó 15 años cuando comienza LA INSOLACIÓN.
Es un chico huérfano de madre, con su padre, (Eugenio Soto) recién
casado con otra (Adela), que durante el invierno vive con sus abuelos
maternos y pasa el verano en Beniteca (un pueblo imaginario de la costa
levantina) donde está destinado su padre, con él, con su madrastra y con
las hermanastras que va teniendo anualmente. Martín es sensible, con
gran capacidad para la pintura y el dibujo, pero lleva una vida monótona
y sin interés: Eugenio es la clásica caricatura de militar de la
posguerra española, muy “macho”, que razona poco y para quien las cosas
se hacen porque hay que hacerlas, coño! Adela, su madrastra, no le puede
ni ver. Sus abuelos son buenos, le quieren y le cuidan, pero son
mayores.
En el primer verano del libro (se narran tres veranos,
con sus correspondientes intermedios: los cursos escolares que los
separan) conoce a unos vecinos, los hermanos Anita y Carlos Corsi, que
viven solos con la estrafalaria y sabia Frufrú en una casa alquilada, la
casa del inglés Mr. Pyne. Anita es frívola, le importa poco la opinión
de los demás y de divierte jugar con los sentimientos de los otros.
Carlos es guapo, fuerte, y a la vez vulnerable y limitado, sin intereses
más allá de lo inmediato y sólo preocupado por atraer la atención de su
hermana mayor. Martín, un adolescente estándar, para quien los Corsi
son magnéticos. Viven en un mundo completamente distinto a su mundo, y
en cuanto se relaciona con ellos queda fascinado: libertad, un punto de
sofisticación, cosmopolitismo, osadía, gran seguridad personal, cierto
misterio en las relaciones familiares, belleza física y actitud sensual,
se enfrentan a un mundo plano, gris, de estereotipos: abuelos buenos,
padre militar simplón y bruto, madrastra tosca, envidiosa, celosa y
constantemente embarazada.
Durante el primer verano, Martín es el
segundón del grupo, que lidera siempre Anita, a quien Carlos sigue a
pies juntillas. Los Corsi son aparentemente mayores, con capacidad de
hacer cualquier cosa. Los vemos egoístas: Anita sólo piensa en ella,
Carlos quiere a Anita sólo para él. Martín –martín pescador, como le
llaman sus amigos- es un divertimento, que olvida todo lo que lleva
dentro al estar con ellos.
Con el tiempo cambian las tornas, y es
Martín quien se nos presenta maduro y profundo entre dos amigos
simplones e infantiles, sin profundidad: vosotros me recordáis a los
monos (...). Llegáis, lo tocáis todo y después os quedáis tan
tranquilos. No os importa nada de nada. Muchas veces me pregunto si
tendréis incluso inteligencia normal, llegará a decirles durante el
tercer verano (pg 277). Pero aún entonces Martín se mantiene en el papel
de actor secundario: primero lo ha sido de forma inconsciente,
dejándose arrastrar, y después lo es de forma conscientemente, para
conservar la amistad:“Martín comprendió que la felicidad es resultado de
una serie de concesiones entre los que se quieren” (pg 289); “como si
hubiera renunciado a lago grande –él, sus ideas, su fondo- por otra cosa
más valiosa aún” –la amistad de los Corsi (pg 291).
Cuando
Martín intenta manifestar lo que va descubriendo en su interior, esa
paulatina adquisición de profundidad y madurez, Carlos lo ve como algo
malo, como una enfermedad de Martín, una insolación, que le lleva decir
cosas aburridas y parecer un cura predicando; también Martín lo ve un
poco así, aunque desde otra perspectiva, pues cuando llega a Beniteca LA
INSOLACIÓN le hace olvidar todo lo que de verdad lleva dentro,
escaparse de la realidad, para ser el títere de sus amigos. La presencia
constante del calor del verano, refuerza también la idea de insolación
que trastorna al protagonista.
La novela –primera parte de una
trilogía de la que no se ha publicado la tercera- acaba con el
truncamiento violento de esa amistad por la simpleza de Eugenio Soto,
provocada por una sugerencia maliciosa del médico del pueblo, Don
Clemente (a quien los tres amigos han puesto en una situación
comprometida durante el segundo verano), y aprovechada y azuzada por
Adela.
LA INSOLACIÓN está muy bien escrita (CARMEN LAFORET es una
gran escritora), se lee muy bien y dice muchas cosas sobre la
adolescencia y el deslumbramiento que supone salir del mundo propio para
entrar en otro casi mágico pero, a la larga, irreal, ficticio; burbuja
que con enorme facilidad se pincha y queda en nada, deja amargura. Los
personajes secundarios están bien dibujados, apoyan con fuerza la
definición de los principales y de su entorno, que apenas queda
esbozado: el Señor Corsi y el poeta Oswaldo perfilan a Anita y Carlos;
Don Clemente y Doña María reflejan el ambiente social del pueblo; Damián
y Carmen retratan el ambiente político de la época. El recurso a
expresiones en otros idiomas (el francés que Ana y Carlos pretenden
hacer pasar por alemán, el italiano del Señor Corsi cuando llama
pescatore a Martín) o las pronunciaciones singulares (el ñiños o el
demoños de Frufrú, los sudamericanismos de Oswaldo) dan color y gracia
al texto. También las sensaciones del verano se hacen presentes con
acierto en el texto: el calor, ya citado; el agua salada del mar; la
arena de playa pegada en los cuerpos; la preciosa imagen de la luz de
colores que baña la habitación de Martín, volviéndola también un poco
irreal, fantástica ...
No hay que olvidar, en cualquier caso, que
es un primera parte: aunque la trama se cierra, la autora tiene en la
cabeza un desarrollo del tema más largo del que presenta LA INSOLACIÓN:
hay que ver cómo continúa para poder valorarla completamente.
LA INSOLACIÓN. CARMEN LAFORET. Ediciones DESTINO, colección ÁNCORA Y DELFÍN. Volumen 1085
martes, 3 de junio de 2008
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4 comentarios:
La insolación es una novela que suelo releer cada cinco o seis veranos. Está tan bien escrita que me es fácil mezclar las playas de Beniteca con las de Mazagón que viví cuando niño, las andanzas de Martín y los Corsi con las mías y las de mis hermanos,... Tengo una edición bastante vieja del Círculo de Lectores con una portada preciosa de Liarte.
Bienvenido a selecciónARTE, MALATAO. LA INSOLACIÓN me gustó mucho, es una estupenda novela: ya se ve que tú eres un experto. Yo no puedo asociar las andanzas de los protagonistas a un sitio concreto distinto de Beniteca porque siempre he tendido más la norte que al sur (aunque conocí Mazagón hace algunos años, todo sea dicho), pero la historia que cuenta es bastante universal: el planteamiento de EL MAR, de BANVILLE, es similar al de LA INSOLACIÓN, y –si no recuerdo mal- también el de PRIMERA MEMORIA, de ANA MARÍA MATUTE.
xG
Si que es una gran novela tanto la Insolacion como su secuela Al volver la esquina. Lástima que no se hya publicado la tercera Jaque Mate que segun perece no se ha encontrado... Lo que más sorprende es que siendo una autora demuestre tan gran conocimiento de la psicologia masculina. A mi tambien me recueda mucho mis correrías adolescentes y primeros amores, más bien platónicos . Conocí a alguien como Anita y a los quince años es díficil no entregarle el corazon a a uan persona así. Los defectos no se ven, ni se intuyen es más fuerte el deseo de amar. Comocecia la canción de Sabina: Cuantas veces hubiera dado la vida entera porque me dejara llevarle el equipaje.
Hola PEDRO, bienvenido a selecciónARTE. Dos grandes novelas, sí señor. ¿Te imaginas que aparece Jaque Mate, perdida, al fondo de un cajón? Estas cosas sólo pasan en las películas -rara vez en la realidad- pero sería maravilloso ...
xG
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